Hwanung, hijo del cielo, llamó a su presencia a un tigre y a un oso. Les dio 20 dientes de ajo y un ramo de artemisa. Si con esto, podían vivir 100 días fuera del sol, les concedería un deseo.
El tigre no aguantó, pero el oso – después de 21 días – se convirtió en una bella mujer. Como deseo pidió un esposo, y Hwanung,al ver que era tan bella, se casó con ella. De la unión nació, Dangun, quien estableció el reino de Corea.
Siempre me ha llamado el simbolismo y la atención al detalle por parte de los asiáticos. La bandera de Corea del Sur es un buen ejemplo.
Llegué a Corea del Sur y sentí un aire de fresco de mundo occidental. Después de unos días por China, Seoul te hace sentir como en casa. Se respetan los semáforos, se acabaron las bicis, la gente es muy educada, todo está limpio.
En la guerra de las dos Coreas, Rusia apoyó a la del Norte y EEUU a la del Sur. De aquellos años, queda una significativa "americanización" del país. No obstante, el sentimiento - "las ganas" - de reunificación sigue muy presente en el sur. Da una cierta pena.
Corea del Sur es un buen ejemplo de país exportador. Su grado de apertura (exportaciones + importaciones) es de un 70% sobre el PIB, casi el doble que España. En 50 años, ha pasado de ser un país fundamentalmente agrícola, a ser un referente mundial productos de alto valor añadido:
- Barcos e infraestructura marina (bien que lo saben en el norte de España)
- Derivados del petróleo
- Aparatos de telecomunicaciones, semiconductores y pantallas LCD.
Tras este tour, estoy empezando a conocer las diferencias de caligrafía entre el mandarín, el coreano y el japonés. Escribo “buenos días” en cada idioma:
- Mandarín: 早安 (caracteres muy detallados)
- Coreano: 좋은 아침 (usan círculos)
- Japonés: おはよ (caráctes más simples)
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